El próximo martes 3 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de Norte América, donde Donald Trump buscará la reelección para seguir 4 años más al frente de la hasta ahora nación más poderosa de todo el orbe, y por otro lado Joe Biden, quien ocupó el cargo de vicepresidente durante la administración de Barack Obama quien, de ganar, se convertiría en el mandatario más longevo en ocupar la silla presidencial con 78 años.
Las agendas de ambos contendientes muestran marcadas agendas ideológicas con polos completamente opuestos. Donald Trump ha apoyado el derecho a la vida del no nacido, tan es así que ha impulsado la elección de jueces que defiendan la vida y estén rotundamente en contra de asesinar a un ser indefenso.
Recientemente la jueza Amy Barrett fue elegida por el Senado de los Estados Unidos como miembro de la Suprema Corte, sumándose así al grupo conservador que ya domina ampliamente el máximo tribunal que ha quedado conformado, luego de esta acertada decisión, de la siguiente manera: 6 integrantes conservadores y 3 de corriente liberal.
De esta manera, se auguran muy probables cambios con respecto al tema del aborto, el cual es legal en los Estados Unidos desde 1973. De seguir firmes en sus ideales, estos jueces podrán realizar modificaciones para restringir el asesinato del no nacido o mejor aún, prohibirlo de manera tajante.
Lo anterior sería un logro de la administración de Trump independientemente de los resultados del próximo martes, pues se daría un golpe de timón en defensa de la vida en una nación donde se dan todas las facilidades de abortar sin sentir el menor remordimiento por parte de las autoridades liberales.
Y esto pudiera ser también un impulso a la campaña presidencial del republicano ante los pronósticos negativos de la opinión pública que lo ponen como perdedor ante Biden, quien, dicho sea de paso, se ha declarado públicamente católico pero que sin embargo se apega sin igual a la agenda liberal que busca volver al poder y seguir marcando el rumbo del país de las barras y las estrellas.
Aun así, todo puede pasar, recordemos que el sistema electoral en los Estados Unidos es muy diferente al que conocemos en México, básicamente podríamos decir que no siempre gana el candidato que ha sido votado por más ciudadanos, sino el que obtenga una mayor cantidad de votos del Colegio Electoral.
Donald Trump obtuvo en 2016 un total de 270 votos del Colegio Electoral, lo cual fue suficiente para llegar a la Casa Blanca a pesar de haber recibido casi 3 millones de votos menos que su contrincante, Hillary Clinton.
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