Estas elecciones presidenciales de los Estados Unidos han marcado un parteaguas en el devenir de toda una nación que vive en medio de un contraste de ideologías y divisiones.
El candidato republicando triunfó en un estado clave como lo es Florida, donde residen un gran número de latinos que han huido del cáncer del socialismo, principalmente en Venezuela, y del comunismo en Cuba.
La idea de que Biden es un socialista con ideas extremistas que llevará al país más poderoso del mundo a un régimen izquierdista vive latente en millones de americanos, pero, ¿en verdad es el demócrata un Hugo Chávez o un Fidel Castro?
Biden está lejos de ser alguno de estos funestos personajes, es un católico que se ha pronunciado públicamente en favor del aborto. Es un político tradicional de corte más centrista, es un líder carente de personalidad para hacerle frente al enemigo más poderoso que tienen los Estados Unidos: China.
Por 4 años Trump mantuvo de cierto modo a raya al Gobierno de Xi Jinping, ahora, el panorama se ve complejo ante el régimen chino que tiene un poderío económico y militar para hacerle frente al nuestro vecino del norte.
Durante décadas la Unión Soviética resistió hasta que no pudo sostenerse económicamente derivando todo esto en la perestroika. La buena jugada de China la ha vuelto la nación, económicamente hablando, más poderosa y con un crecimiento acelerado con el que los Estados Unidos no podrán competir.
Una nueva guerra fría se avecina y Estados Unidos no podrá seguir el paso, tampoco tendrá un presidente que vele por occidente, en cambio, tendrá a un mandatario falto de personalidad que llevará a la Casa Blanca, voluntaria o involuntariamente, una corriente marxista amparada en la ideología de género.
El problema con estos grupos es que aprovecharán la debilidad de la nueva administración, incitando a la lucha de clases enfrentando a unos ciudadanos contra otros, fomentando la anarquía y llevando la ideología de género a cada rincón del país.
Los Estados Unidos que conocíamos, donde la disciplina, el orden y el respeto a los cuerpos policiacos eran un símbolo norteamericano, irán en decadencia.
Los grupos marxistas acechan desde círculos como el liderado por Alexandria Ocasio-Cortez, y llegado el momento actuarán para debilitar internamente al país en esta nueva guerra fría con manifestaciones anárquicas en las principales ciudades, el sabotaje que, históricamente, les ha dado tantos triunfos a los movimientos de la hoz y el martillo.
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