La Alianza Federalista, que aglomera a 10 mandatarios estatales, comienza a convertirse en un dolor de cabeza para el Gobierno Federal. Lo que comenzó como una alianza de sólo 3 integrantes para definir estrategias y exigir más apoyo a fin de hacer frente a la contingencia sanitaria, ha tomado una postura más severa con miras a las elecciones del 2021.
Y su postura es bien definida, quieren que se plantee un cambio en el pacto fiscal, el cual, plasmado en la Ley de Coordinación Fiscal vigente desde 1978, tiene como objetivo beneficiar a los estados que tienen más necesidades mediante la destinación de mayores recursos económicos por parte de la federación.
Este tema es algo que se ha hablado por mucho tiempo en los
estados del norte del país, donde los ciudadanos se quejan de que los estados
del sur reciben más dinero y producen poco, y los del bajío y del norte que
producen más reciben menos recursos.
No se trata de sólo ser solidarios con nuestros hermanos de
Chiapas, Oaxaca o Veracruz, sino de hacer un análisis y repensar las cosas, ver
si en realidad todos estos años donde esas entidades se han beneficiado con
apoyos en verdad han progresado económicamente, la respuesta es no.
Desfilan gobernantes, aún municipios y estados menos
prósperos siguen en las mismas, pues claro, ¿a quién le dan pan que llore?, si
estos dirigentes llegan al poder, sabiendo que recibirán carretadas de dinero
gracias al pacto fiscal, no moverán un dedo para aplicar medidas que ayuden al
aumento del PIB y por ende una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos.
En esto radica la inconformidad de los 10 gobernadores que forman parte de la Alianza Federalista, al menos 10 Estados que con menos han hecho
más. De recibir mayores recursos, ¿realizarán proezas económicas o se
estancarán?
De igual modo parece que el Gobierno Federal no planea
moverle un ápice al pacto, Andrés Manuel López Obrador aseguró que habrá
diálogo, pero acusó a los gobernadores de politizar el tema en vísperas de las
próximas elecciones donde se juegan todas las canicas.
A pesar de que se tache esta alianza como oportunista o con
tintes político-electorales, es bueno que haya un contrapeso que haga frente a
las decisiones que toma el presidente de la república, que vaya que han sido
funestas y alarmantes para la vida nacional. Sí, sean peras o manzanas, más que
politiquería, es un verdadero ejercicio democrático.
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